“Karmen” es una obra de Pedro Casablanc, dirigida por Juan Carlos Jiménez Romero y puesta en escena por la compañía de teatro “135 Comediantes”. Se podría decir de ella que es un cóctel en el que, con diferentes e incluso opuestos ingredientes, se consigue hacer reír al público durante toda la función, al mismo tiempo que se hace una crítica mordaz de algunos de los peores vicios de la sociedad actual.

El tema de “Karmen” está inspirado en la famosa ópera de Merimée. Una chica joven, apasionada, de espíritu libre, por la que luchan varios hombres. Sin embargo, la audacia de “Karmen” está en que toma el tema de un género elitista para llevarlo luego a los planos más llanos de la sociedad actual, vamos, a lo que venimos a vivir la gente de a pie. De hecho, los acontecimientos tienen lugar en sitios tan comunes como centros comerciales o platós de televisión.

Los personajes, que se desenvuelven en un escenario sencillo, son la base fundamental de la obra. Un glosario de lo más variado y variopinto. Encontramos alguno, como el torero “El Escamao”, que es un tributo a la obra de Merimé. Tiene que haber un torero enamorado de Karmen. Otros, como Karmen, la señora ordinaria, el cliente, el agente secreto, la alcahueta… son tipos, llevados a la exageración, pero en los que podemos reconocer claramente el lenguaje y el comportamiento de la gente común. Destaca, sobre todo por la crítica que representa, la presentadora María Pestiño, que busca despiadadamente el conflicto y que ofende sin ningún tipo de pudor a los ingenuos participantes que están dispuestos a vender sus vidas y sus intimidades en el Canal Putrevisión o en la Cadena 7 del wáter, Madrid. Como está ambientada en Sevilla no pueden faltar la intervención de la Virgen Macarena, la alcahueta que sabe leer el porvenir en la mano o la presencia de fenómenos sobrenaturales tan “andaluces” como el hecho de que a Karmen le broten claveles en la entrepierna cuando tiene un orgasmo.

Todo lo anterior, unido a un lenguaje rápido, disparatado, creativo y al mismo tiempo castizo y popular, a un vestuario igualmente absurdo y exagerado y a gestos, exclamaciones, cantos y salidas ingeniosas (de tono y de todo tipo) que no son pocas, garantizan un buen rato de risas continuas que, según dicen los expertos, movilizan más de cuatrocientos músculos, que ahí es nada.

Por todo ello, desde “Pandora”, recomendamos esta obra, que será representada en Sevilla, de jueves a domingo en las dos últimas semanas de mayo, es decir, del 19 al 22 y del 26 al 29, en la calle Juan de Vera, 14, en la sala del Teatro Clásico, a las 21:00 de la noche.

Para abrir boca, adjuntamos estos dos vídeos que no tienen desperdicio. Esperamos que lo disfruten.