El grupo de teatro Celada, de Benacazón, lleva funcionando desde el año 1992. Para el primer número de nuestra revista hemos querido conversar con Charo Santos y Ana Calafat, dos de sus componentes, sobre los orígenes, la marcha y las expectativas del grupo. Nos reciben en casa de Ana e iniciamos esta entrevista en un ambiente acogedor y ante un estimulante café.
¿Cómo y cuándo surge el grupo de teatro?
Charo: Comenzó sobre el año 92. Yo no estaba en la primera obra, Una pará en el camino.
¿Cómo funcionaba (horarios, financiación)?
Charo: Al principio lo financiaba el Ayuntamiento y trabajábamos dos días por semana, dos horas cada día. Luego, nosotros fuimos modificándolo y lo dejamos en un día, cuatro horas.
¿Cuántas personas pueden haber pasado por el grupo desde que se fundó?
Charo: Al principio había mucha gente, yo no te puedo decir exactamente... En ese primer montaje participaron además muchos hombres, entre ellos, el entonces alcalde, José Manuel Cabrera; Manuel Soriano; Antonio Pérez, el monitor… Y mujeres había muchísimas.
¿Qué puedes decirnos de Una pará en el camino?
Charo: La verdad es que yo no llegué a ver esta obra, pero sé que se representó, además de en Benacazón, en La Algaba, en Utrera y en Granada.
¿Quién era el monitor en esa época?
Charo: Antonio Pérez y su mujer, Rosa. Después de Una pará en el camino, llevaron a escena la obra Mi madre y yo, con la que en el año 2002 obtuvimos los premios al mejor director y al mejor guión en el festival de teatro de Herrera. Luego, al parecer, hubo una monitora de diputación. Más tarde el grupo volvió a trabajar con Antonio Pérez. Con él representamos Y tú y La Baronesa de las Altas Torres en el año 2003. Seguidamente llegó otro nuevo monitor, José Antonio Millán, con Cianuro con leche.
Creo recordar que en esta obra representabas un papel, eras…
Charo: Laura, la hija de Adela. Para mí supuso una experiencia diferente, después de haber trabajado en el teatro ritual.
Ana, ¿Fue en este momento cuado iniciaste tu trayectoria en el grupo de teatro?
Ana: Sí, yo entré con Millán, pero no llegué a participar en Cianuro con leche. Hacíamos ejercicios para aprender a actuar, a sacar sensaciones, a potenciar la voz… todo lo que es expresión corporal. Íbamos a representar otra obra cuando decidió marcharse del grupo. Disfruté mucho trabajando con él, por ello me disgusté cuando se marchó. Luego, llegó Antonio, y me gustó también mucho.
Actualmente el monitor vuelve a ser Antonio Pérez. ¿Podéis hablar un poco de él?
Ana: Charo ya había trabajado con Antonio. Cuando yo lo conocí pensé que no podría trabajar con él. Yo había trabajado con un monitor en Gandía y luego con Millán, quienes tenían unas maneras más suaves de dirigir. Antonio es algo más brusco. Sin embargo, poco a poco, empezó a gustarme. Vi que a la larga, este señor funcionaba y que sacaba de mí cosas que yo no quería sacar: dolor, alegría… pero que lo sacara de dentro, no que supiera actuar, sino que yo sintiera eso.
Charo: A mí también me gusta mucho. Es cierto que es algo temperamental, aunque no es menos cierto que somos bastante incorregibles.
Ana: Tiene una manera de enseñar que a mí me gusta mucho y es que cuando tú estás actuando y no lo estás haciendo bien, le da la vuelta a todo, para que reacciones. Al final me he hecho a su forma de trabajar porque es con quien más tiempo me he llevado. Ahora tenemos como directora a Triana, la hija de Antonio.
Habladnos de ella un poquito.
Charo: Triana está haciendo con nosotros una labor muy especial con el baile.
Ana: Nosotros le pedimos a Triana que sustituyera a su padre una vez que éste decidió marcharse. Antonio tiene mucha experiencia, cuando ve a una persona, inmediatamente sabe lo que puede sacar de ella. Triana carece de esa experiencia, pero nos aporta mucho en el plano de la expresión corporal, nos enseña a enlazar movimiento con movimiento…Además compagina las labores de directora y de actriz dentro del grupo.
Nos gustaría que nos hablarais del actual montaje, Requiem por ti, mujer.
Charo: Todo empezó por el tema de los malos tratos. El Ayuntamiento nos pidió que hiciéramos algo en relación con este tema. Lo preparamos en dos meses y, como el resultado gustó, lo completamos con nuevas escenas.
Ana: Para nosotros fue una gran sorpresa el éxito que obtuvo esta obra en su primera versión. Además, el tono dramático de la obra requería que actores que sólo habían tocado la comedia cambiaran el registro.
Charo: Para mí, las dos mejores representaciones de esta obra han sido la del hotel Andalusi Park y la de Santiponce.
Tengo entendido que en Santiponce habéis recogido algunos premios por esta obra.
Charo: Sí, al mejor técnico de sonido, Antonio Pedro Pérez Delgado; y a la mejor escenografía.
¿Y en cuanto al próximo montaje?
Ana: Antonio nos va a hacer el favor de escribirnos la siguiente obra y Triana nos va a dirigir, contando en todo momento con la ayuda de su padre. En este aspecto podemos decir que tenemos mucha suerte. No la tenemos, sin embargo, en el aspecto económico, puesto que actualmente no contamos con ningún tipo de subvención. Es muy duro continuar, ya que estamos acostumbrados a tener esta parcela cubierta, y ahora tenemos que buscar recursos para poder seguir con el teatro. Aunque ahora lo vemos como algo negativo, puede que esta contrariedad se convierta con el tiempo en algo positivo, si hace que en el grupo permanezcan aquellos a los que les gusta verdaderamente.
¿Cuántos sois ahora en el grupo?
Ana: Ahora somos diez actores y un técnico.
¿En cuánto a los planes de futuro? ¿Habrá más representaciones de Requiem por ti, mujer?
Charo: Si Dios quiere, sí. A ver si nos da Diputación muchos pueblos. De momento estamos metidos en el circuito.
¿Sabéis ya cuál va a ser el próximo montaje?
Ana: Hemos hecho varias reuniones para ver qué quiere hacer el grupo. Algunos queremos hacer ritual y otros quieren hacer otro tipo de representación. Yo creo que, por las características del grupo, nos vendría mejor hacer ritual, ya que implica memorizar menos. Pero la mayor parte del grupo prefiere hacer un teatro con más diálogo. Para que todo el mundo quede contento se podrían combinar ambas técnicas.
Por último, para concluir esta entrevista, nos gustaría preguntaros qué os aporta a nivel personal el teatro.
Charo: A mí muchísimo. De hecho, salgo de mi casa de una manera y vuelvo renovada completamente. Me gusta mucho el teatro, y prefiero invertir mi tiempo libre en esta actividad, antes que en otra cosa. Allí me río mucho y me lo paso muy bien.
Ana: Cuando yo subo al escenario y sé que tengo que representar algo, me transformo. Es como si hubiera nacido para eso y, a pesar de ser muy extrovertida, allí me vuelvo totalmente disciplinada. En cuanto a lo que me aporta, fundamentalmente, lo que allí vivo y siento. Me gusta, evidentemente, que me digan que lo he hecho bien, pero lo tengo que sentir yo, tengo que saber que realmente ha sido así por mí misma. Además, lo que trabajo lo hago desde dentro. Si yo pensara que el teatro no me aporta nada lo dejaría. En definitiva, lo que siento es que estoy realmente viva.
¿Cómo y cuándo surge el grupo de teatro?
Charo: Comenzó sobre el año 92. Yo no estaba en la primera obra, Una pará en el camino.
¿Cómo funcionaba (horarios, financiación)?
Charo: Al principio lo financiaba el Ayuntamiento y trabajábamos dos días por semana, dos horas cada día. Luego, nosotros fuimos modificándolo y lo dejamos en un día, cuatro horas.
¿Cuántas personas pueden haber pasado por el grupo desde que se fundó?
Charo: Al principio había mucha gente, yo no te puedo decir exactamente... En ese primer montaje participaron además muchos hombres, entre ellos, el entonces alcalde, José Manuel Cabrera; Manuel Soriano; Antonio Pérez, el monitor… Y mujeres había muchísimas.
¿Qué puedes decirnos de Una pará en el camino?
Charo: La verdad es que yo no llegué a ver esta obra, pero sé que se representó, además de en Benacazón, en La Algaba, en Utrera y en Granada.
¿Quién era el monitor en esa época?
Charo: Antonio Pérez y su mujer, Rosa. Después de Una pará en el camino, llevaron a escena la obra Mi madre y yo, con la que en el año 2002 obtuvimos los premios al mejor director y al mejor guión en el festival de teatro de Herrera. Luego, al parecer, hubo una monitora de diputación. Más tarde el grupo volvió a trabajar con Antonio Pérez. Con él representamos Y tú y La Baronesa de las Altas Torres en el año 2003. Seguidamente llegó otro nuevo monitor, José Antonio Millán, con Cianuro con leche.
Creo recordar que en esta obra representabas un papel, eras…
Charo: Laura, la hija de Adela. Para mí supuso una experiencia diferente, después de haber trabajado en el teatro ritual.
Ana, ¿Fue en este momento cuado iniciaste tu trayectoria en el grupo de teatro?
Ana: Sí, yo entré con Millán, pero no llegué a participar en Cianuro con leche. Hacíamos ejercicios para aprender a actuar, a sacar sensaciones, a potenciar la voz… todo lo que es expresión corporal. Íbamos a representar otra obra cuando decidió marcharse del grupo. Disfruté mucho trabajando con él, por ello me disgusté cuando se marchó. Luego, llegó Antonio, y me gustó también mucho.
Actualmente el monitor vuelve a ser Antonio Pérez. ¿Podéis hablar un poco de él?
Ana: Charo ya había trabajado con Antonio. Cuando yo lo conocí pensé que no podría trabajar con él. Yo había trabajado con un monitor en Gandía y luego con Millán, quienes tenían unas maneras más suaves de dirigir. Antonio es algo más brusco. Sin embargo, poco a poco, empezó a gustarme. Vi que a la larga, este señor funcionaba y que sacaba de mí cosas que yo no quería sacar: dolor, alegría… pero que lo sacara de dentro, no que supiera actuar, sino que yo sintiera eso.
Charo: A mí también me gusta mucho. Es cierto que es algo temperamental, aunque no es menos cierto que somos bastante incorregibles.
Ana: Tiene una manera de enseñar que a mí me gusta mucho y es que cuando tú estás actuando y no lo estás haciendo bien, le da la vuelta a todo, para que reacciones. Al final me he hecho a su forma de trabajar porque es con quien más tiempo me he llevado. Ahora tenemos como directora a Triana, la hija de Antonio.
Habladnos de ella un poquito.
Charo: Triana está haciendo con nosotros una labor muy especial con el baile.
Ana: Nosotros le pedimos a Triana que sustituyera a su padre una vez que éste decidió marcharse. Antonio tiene mucha experiencia, cuando ve a una persona, inmediatamente sabe lo que puede sacar de ella. Triana carece de esa experiencia, pero nos aporta mucho en el plano de la expresión corporal, nos enseña a enlazar movimiento con movimiento…Además compagina las labores de directora y de actriz dentro del grupo.
Nos gustaría que nos hablarais del actual montaje, Requiem por ti, mujer.
Charo: Todo empezó por el tema de los malos tratos. El Ayuntamiento nos pidió que hiciéramos algo en relación con este tema. Lo preparamos en dos meses y, como el resultado gustó, lo completamos con nuevas escenas.
Ana: Para nosotros fue una gran sorpresa el éxito que obtuvo esta obra en su primera versión. Además, el tono dramático de la obra requería que actores que sólo habían tocado la comedia cambiaran el registro.
Charo: Para mí, las dos mejores representaciones de esta obra han sido la del hotel Andalusi Park y la de Santiponce.
Tengo entendido que en Santiponce habéis recogido algunos premios por esta obra.
Charo: Sí, al mejor técnico de sonido, Antonio Pedro Pérez Delgado; y a la mejor escenografía.
Ana: Antonio nos va a hacer el favor de escribirnos la siguiente obra y Triana nos va a dirigir, contando en todo momento con la ayuda de su padre. En este aspecto podemos decir que tenemos mucha suerte. No la tenemos, sin embargo, en el aspecto económico, puesto que actualmente no contamos con ningún tipo de subvención. Es muy duro continuar, ya que estamos acostumbrados a tener esta parcela cubierta, y ahora tenemos que buscar recursos para poder seguir con el teatro. Aunque ahora lo vemos como algo negativo, puede que esta contrariedad se convierta con el tiempo en algo positivo, si hace que en el grupo permanezcan aquellos a los que les gusta verdaderamente.
¿Cuántos sois ahora en el grupo?
Ana: Ahora somos diez actores y un técnico.
¿En cuánto a los planes de futuro? ¿Habrá más representaciones de Requiem por ti, mujer?
Charo: Si Dios quiere, sí. A ver si nos da Diputación muchos pueblos. De momento estamos metidos en el circuito.
¿Sabéis ya cuál va a ser el próximo montaje?
Ana: Hemos hecho varias reuniones para ver qué quiere hacer el grupo. Algunos queremos hacer ritual y otros quieren hacer otro tipo de representación. Yo creo que, por las características del grupo, nos vendría mejor hacer ritual, ya que implica memorizar menos. Pero la mayor parte del grupo prefiere hacer un teatro con más diálogo. Para que todo el mundo quede contento se podrían combinar ambas técnicas.
Por último, para concluir esta entrevista, nos gustaría preguntaros qué os aporta a nivel personal el teatro.
Charo: A mí muchísimo. De hecho, salgo de mi casa de una manera y vuelvo renovada completamente. Me gusta mucho el teatro, y prefiero invertir mi tiempo libre en esta actividad, antes que en otra cosa. Allí me río mucho y me lo paso muy bien.
Ana: Cuando yo subo al escenario y sé que tengo que representar algo, me transformo. Es como si hubiera nacido para eso y, a pesar de ser muy extrovertida, allí me vuelvo totalmente disciplinada. En cuanto a lo que me aporta, fundamentalmente, lo que allí vivo y siento. Me gusta, evidentemente, que me digan que lo he hecho bien, pero lo tengo que sentir yo, tengo que saber que realmente ha sido así por mí misma. Además, lo que trabajo lo hago desde dentro. Si yo pensara que el teatro no me aporta nada lo dejaría. En definitiva, lo que siento es que estoy realmente viva.
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